Se ha comprobado internacionalmente que las
estrategias de la planificación optimizan la utilización de los recursos
humanos, materiales, financieros y de información, desarrollando nuevas
técnicas de dirección, seguimiento, control de los procesos, perfeccionamiento
del sistema de gestión y de recursos humanos de la organización, ajustando la
estructura interna de la organización a las funciones encomendadas dentro de un
nuevo contexto de actuación de la administración del Estado.
La planificación consiste en gestionar
acciones específicas de mejora de la calidad de los servicios comprometidos por
el organismo, a través de la declaración de admisibilidad de un proyecto
consecuente, que reúna las características de evaluable y medible y cumpla con
los requerimientos específicos.
Es importante considerar que todo lo que
supone inversión inicial de un proyecto, sea atendida con recursos públicos
afectados a tal fin, hasta que la acción se incorpore a la gestión de la
repartición como gasto corriente, lo que debe coincidir con la puesta en marcha
del proyecto.
Toda planificación tiene un objetivo general,
una idea y un propósito.
El objetivo general significa concretar esa
idea (o resolver un problema). El propósito deberá ser siempre el poder brindar
una mejor atención al ciudadano, destinatario de nuestros servicios.
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