La planificación de un proyecto deberá estar
articulada sobre cuatro estrategias de funcionamiento que son consideradas de
vital importancia y sin las cuales no es posible conseguir una administración
receptiva que preste adecuados servicios a los ciudadanos:
1- La mejora de la información y comunicación
con el ciudadano.
2- La mejora en la calidad del servicio,
fundamentalmente reduciendo y simplificando los trámites administrativos en
aquellos servicios que afecten directamente al usuario.
3- Funcionamiento más eficaz y eficiente de
los diferentes organismos en su gestión interna.
4- Realización de procesos integrales de
modernización relativos a un servicio o sector de un organismo determinado de
la Administración Pública.
Estas cuatro estrategias de funcionamiento
aumentarán la eficiencia en la gestión interna, posibilitarán la transparencia
del proceso y mejorarán la concertación de la actuación.
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